Dolor

El dolor.
Es permanente, y sinuoso. Me deja espacios que me engaña y me induce a la esperanza. El dolor cansa. Cansa hasta el mismo cansancio. Cansa el darse cuenta de que el dolor juega con una, de una manera perversa, hace que desaparece, pero ¡no! Ahí está de nuevo, instaurado en su lugar de origen y se va apoderando a lo largo del día de mi cuerpo entero, invadiendo terreno, un poco más allá y toma la ingle completa, sobre el medio día ya lo siento en mis riñones y al cabo de la tarde se ha apoderado de mis piernas. El dolor. Es mentira que uno se acostumbra a todo. No puedes con el dolor. Y a estas alturas, soy una convencida de que el dolor físico y espiritual tienen los mismos mecanismos. Ambos están ligados unos con otros. Ambos se afectan mutuamente y se hacen cómplices para quebrarme.
Ha pasado tiempo de esto, y creí haberme olvidado de lo que era, sin embargo, volvió, se instauró hace apenas unos días. Ya no es permanente y sinuoso, pero sigue su espíritu intacto cuando se hace presente.
Pero no me quebrantare.
8 comentarios
la autora -
abì moshè -
La autora -
Lili: permiso concedido ;)
Ana: a mi no deja de aterrarme Anita... (espero que mis tortugas te hayan sido simpaticas) :)
Ana -
lili -
Toni... -
La autora -
mas besos para ti
lili -